Arqueólogos egipcios han encontrado en el yacimiento de Al-Ghoreifa, en la necrópolis de Tuna el-Yebel (centro de Egipto), la tumba intacta del supervisor del tesoro real Badi Est y su familia, con 2.500 años de antigüedad.
Se trata de un enterramiento fechado en la vigésimo sexta Dinastía (664-525 a. C.), con un pozo funerario de 10 metros que conduce a una gran cámara con nichos excavados en la roca, donde se hallaron dos estatuas de piedra caliza en buen estado de conservación, una con forma de la forma del becerro Apis, un toro sagrado, que se adoraba en Memphis, y otra de una mujer, posiblemente una diosa.
La tumba también contaba con los vasos canopos, que solían contener las vísceras del difunto, que le eran extraidas durante el proceso de momificación. «Se trata de los más bellos que se han encontrado, realizados en alabastro con la forma de cuatro hijos de Horus, grabados con los títulos y los nombres del fallecido», ha afirmado Mustafa Waziri, al frente de la misión y secretario general del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto.