Los continuos ataques a la estatua que adorna la emblemática Plaza Italia, ubicada en Santiago y epicentro de las protestas en Chile, desató en los últimos días una disputa entre quienes quieren que el monumento se traslade y quienes abogan por mantenerlo donde está.
Desde el inicio de las manifestaciones en octubre de 2019, numerosas calles, avenidas y plazas de la capital chilena han sido intervenidas por los manifestantes, que transformaron el asfalto en un lienzo para sus demandas sociales y sus quejas. Donde algunos veían un “museo al aire libre” otros denunciaban delincuencia callejera.
El centenario monumento del general Manuel Baquedano, que preside Plaza Italia, ha sido el más afectado y ha concentrado el debate, sobre todo desde que el pasado 16 de octubre un grupo de manifestantes tiñó de rojo la escultura del héroe de la Guerra del Pacífico (1879-1883), que fue restaurada horas después.
El Consejo de Monumentos Nacionales solicitó el miércoles “más medidas para garantizar la seguridad del monumento” y resolvió que la estatua no se moviera del lugar en el que está tras comprobarse que “la escultura, los relieves y su base, no dan cuenta de nuevos daños de tipo estructural”.